miércoles, 11 de enero de 2017

#83 - Tiempo

Hoy estuve haciendo trámites toda la mañana, y me di cuenta el tiempo que se pierde debido a la ineficiencia de un sistema que no evoluciona. Horas y horas esperando para que nos atienda una señora o señor con cara de cul*, que en 5 minutos logra sellarnos 10 papeles y otorgarnos lo que sea que estemos buscando.

De Barcelona a París hay 1 hora 35 minutos de vuelo. La mitad del tiempo que tardé esta mañana en obtener un papel que me permita ejercer mi profesión como monotributista. 30 minutos esperando el colectivo. 35' más para llegar al trabajo. Y uno va sumando todos esos minutos perdidos y le da bronca, mucha bronca... por lo menos a mí!



Uno no se da cuenta, pero cada duda, cada arrepentimiento, cada vez que nos acobardamos y no saltamos a la pileta, perdemos tiempo valiosísimo. El tiempo avanza de manera inexorable, incontenible, se nos escapa de las manos y de nuestra vida. Y no existe nada que pueda revertirlo, nada que pueda cambiarlo, que pueda hacerlo retroceder o avanzar. No podemos modificar su curso. ¿Cómo hablar de algo que no podemos atesorar, que no podemos conservar?

El tiempo nos permite acomodar los hechos de tres maneras: pasado, presente y futuro. El pasado es parte de nuestra historia, de quienes somos; y el futuro dependerá de lo que hagamos en nuestro presente. El AHORA es totalmente nuestro, tenemos el poder de decidir.

Ahora, en este momento, ¿estás haciendo algo que amás?

#84 - Al vacío

Ayer no hubo tiempo de escribir, pero justo leí algo que escribí hace 4 años cuando estaba mal de amores, y me vino al pelo releerlo:

Jueves 21 de febrero de 2013

(...) Pensé que me iba a doler más toda esta situación, pero no se me cae una lágrima ni en pedo. Estoy en un estado en que todo me importa un sorongo. Es como que, después de tanto sufrir, de tanto llorar, de tanto querer estar con él, me encuentro al fin en un estado de paz... Y no tengo ganas de nada con nadie. Quiero estar sola, por lo menos por un tiempo. A veces es mejor no pensar, ni hacer nada, y dejar que las cosas pasen como tienen que ser, que se den como se tengan que dar. Dejar que el destino siga su curso. Al final de cuentas, quien verdaderamente me ame va a quedarse a mi lado. (...)

(...) Llega un momento en la vida donde necesitás pararte, ver a donde estás, mirar hacia donde querés ir y dejar atrás aquello que te atrasa. (...)

(...) Cuando te duele mirar hacia atrás, y tenés miedo de mirar hacia adelante, siempre hay que mirar al costado... porque ahí están la familia y los amigos, dispuestos a tenderte una mano y ayudarte a caminar. En este momento de mi vida, mis costados son la cosa más importante que tengo. Me han hecho dar cuenta que soy fuerte y que puedo aguantar, y que soy una mujer que puede conseguir todo lo que se proponga, porque soy valiente y ya no tengo miedo. No tengo miedo. (...)


lunes, 9 de enero de 2017

#85 - Contando días como un preso

Hace 3 semanas decidí tirarme al vacío. No me importó la plata, el trabajo o el hecho de irme sola, sin compañía, a países de los que no entiendo ni sé nada. Me tomé en serio el hecho de vivir mi vida a mi manera. No soporto trabajar bajo presión, bajo límites y reglas que no tengo ganas de obedecer. Decidí ser valiente y hacerle caso al corazón. Es como si de repente, el tatuaje de mi espalda penetrara lentamente en mi cerebro y mi alma. "Sé libre, viví libre, Ani, no seas como el resto que se acobarda." 

"¿Trabajo? Sos joven, podés conseguir en otro lado. Y sino, te la rebuscás, como siempre lo hacés. ¿La plata? No hace falta ser millonario para viajar. Viajá rasca, viajá tranquila y en paz, las cosas se van a ir dando solas. Salí a probar tu teoría de que existe la gente buena onda, de que podés encontrar amigos en cualquier parte del mundo. Probate a vos misma de lo que estás hecha. No importa que te vayas sola, animate."


Y así fue. Hace 3 semanas compré un vuelo Córdoba-Madrid (con escala en Santiago de Chile). Me voy 42 días a Europa, sola. Primera vez que voy a salir del país, primera vez que viajo sola. Mi cuerpo pedía aventura, se la estoy dando! Y puedo decirles que siento un terrible alivio en cada centímetro de mi ser. 

Siento todo menos miedo. Estoy ansiosa, nerviosa, pero sobre todo súper feliz. No me preocupa qué va a pasar con mi trabajo, no me preocupa la plata, ni el hecho de pasarme 42 días rodeada de gente desconocida, lejísimos de casa, sin entender mucho algunos idiomas. No me preocupa absolutamente nada de eso, es como si de repente mi espíritu se regocijara al fin con esta inmensa libertad que me estoy auto-regalando. Libertad de moverme como quiero, cuando quiero y por el tiempo que quiero. Libertad! Como si todo este tiempo hubiese estado en una jaula y pudiera vislumbrar entre los barrotes una pista de vuelo, que se construye día a día.

Presa de la rutina, así me siento. ¿No les pasa? ¿No quieren huir? ¿Tomarse un respiro, un pequeño descanso? Soy una presa, tachando día a día el momento final del gran despegue. Emoción en todo el cuerpo, eso siento. La exquisitez de esta sensación... se las recomiendo. Háganlo, tírense a la pileta por su sueño. No tengan miedo, todo su potencial está AQUÍ y AHORA no en los "me hubiese gustado".